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Bienvenid@s.En este blog tratamos de seleccionar, analizar y difundir la información útil de actualidad desde el compromiso con valores que priman la justicia social y la igualdad de todas las personas. Intentamos eludir la censura que muchas empresas editoras aplican a sus propios contenidos periodísticos para que no entorpezcan sus objetivos económicos y/o políticos. Necesitamos una nueva forma de transmitir la información y este puede ser un buen formato para empezar de nuevo...

martes, 29 de enero de 2008

La crisis (II)

En la entrada de ayer nos atrevimos a escudriñar en las entrañas de estas repetitivas crisis que alguien genera en los mercados económico-financieros, ya sea voluntariamente . Tras el repaso general, deberíamos profundizar en algunos aspectos significativos de la actual crisis. Uno de ellos lo constituyen las relaciones entre el sector público y el privado en época de vacas flacas.Ya vimos ayer que en estos tiempos, el sector privado finalmente se abandona cual náufrago desamparado al rescate del poder público.

Esto quiere decir que tú y yo no podemos dejar de pagar ni medio plazo de la hipoteca so pena de pasar grandes penalidades, pero si los grandes bancos y empresas de seguros fallan en sus compromisos de pago por falta de liquidez, la vara de medir cambia y no hay ni ley ni decreto que las obligue.Está claro que el sistema no nos trata a todos por igual en este aspecto.

Lo más importante es que no hay ningún político en el mundo que pueda defender hoy día las tesis del liberalismo económico, que sostienen que los mercados se regulan solos sin intervención pública. Lo real es que el capitalismo como sistema económico realmente no existe. Existe una aristocracia económico-financiera que se rige por un sistema capitalista hasta que ese sistema se vuelve en su contra, en cuyo caso se aplican otras normas.

Como si en un partido se cambiasen las normas si va perdiendo el equipo que juega en casa.

Si nos fijamos, a poco que el poder político haga algo por corregir esta injusticia, el sistema aparentemente capitalista que nos rige se vendría abajo sólo, por sí mismo.

Pero ahora viene otra reflexión: "Demasiado tarde, forastero", nos diría el sheriff corrupto, pistola en ristre, de esta historia. El poder económico no es nacional. Ya hace tiempo que rompió las barreras y atravesó las fronteras nacionales cual soldado del tercer Reich Polonia. En cambio la ley, de momento,no puede atravesar las fronteras, está recluida en los ámbitos específico de cada país.

Lo que siempre hemos querido hacer muchos lo hizo primero la aristocracia económico-financiera. ¿Quién puede poner las leyes que persigan a esas entidades causantes de una crisis a 10.000 kilómetros de distancia, que se expande por todo el mundo? Seguiremos otro día.

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