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Bienvenid@s.En este blog tratamos de seleccionar, analizar y difundir la información útil de actualidad desde el compromiso con valores que priman la justicia social y la igualdad de todas las personas. Intentamos eludir la censura que muchas empresas editoras aplican a sus propios contenidos periodísticos para que no entorpezcan sus objetivos económicos y/o políticos. Necesitamos una nueva forma de transmitir la información y este puede ser un buen formato para empezar de nuevo...

martes, 10 de abril de 2007

Desconfíen de las "polémicas"

Uno de los defectos más perniciosos del oficio periodístico consiste en caer en la tentación de hacer informaciones basadas en la polémica. La polémica es un recurso muy fácil que consiste en buscar (o encontrar)una opinión para aposteriormente buscar a quien sabemos que no la comparte en absoluto para confrontarlas. ¡Estupendo! Ya tenemos titular: "Poémica entre fulano y mengano por el color de las abejas".

En ocasiones, se montan titulares con la palabra "polémica", "enfrentamiento" u otras similares simplemente porque alguien sugiere una idea nueva que difiere, aunque sea poco, de la expresada anteriormente y en otro contexto diferente, por otra persona. En este caso nos encontramos ante un periodista que une a la natural manipulación que hace de la información el escaso trabajo que le cuesta publicar su adulterada y artificial polémica.

La/el periodista que se confía a la información basada en la polémica prescide automáticamente de uno de los mejores recursos de que dispone: su propia visión como observador de las cosas, la confianza que se supone le otorgan sus lectores/oyentes/televidentes para que interprete la realidad. Su formación como persona que decide enterarse de verdad de lo que pasa.

La mayoría de las polémicas las montan artificialmente los asesores de aquellos personajes públicos a los que más les perjudica la verdad. Un ejemplo: es evidente para todo el planeta que el 11 de marzo de 2004 hubo un atentado en Madrid provocado por unos terroristas islamistas. Esta verdad era "de la buena", como dice ese anuncio, pero a un determinado grupo en España (Y sólo en España)le interesaba que la gente creyese que había sido otro grupo terrorista el autor, esta vez ETA. Solución: se monta una teoría de conexiones y conspiraciones y con ello se logra un propósito: que la gente no termine de creernos a nosotros pero que también dude de la realidad. ¿Cómo se ha logrado? Fabricando una realidad que oponer a la del grupo de gente que simplemente cuenta la verdad. ¿Por qué ocurre esto? Sencillamente porque ha fallado el gran intermediario: el informador veraz e independiente. Cada vez es más fácil que los periodistas no informen sobre lo que ven, que no empleen los recursos académicos aprendidos para valorar la realidad, bien por falta de capacidad (las menos de las veces), bien por censura en los medios de comunicación para los que trabajan.

El resultado va a ser desastroso en breve: el periodismo como profesión está entrando en un claro y merecido desprestigio porque los informadores están haciendo, en gran parte, dejación de sus resposabilidades profesionales. Esa dejación está alentada en la mayoría de los casos, por los medios de comunicación a los que pertenecen, y éstos, a su vez, lo están por los grupos empresariales a los que deben rendir cuentas. Seguiremos tratando este tema.

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