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jueves, 26 de junio de 2008

Yo quiero ser como Albert Cossery

Amigs, ha llegado el verano y abro con algo refrescante: El País publica hoy (26 de junio) una necrológica fascinante: la de Albert Cossery, un escritor egipcio de lengua francesa que el periodista califica como "Príncipe de la pereza". Ha muerto a los 94 años, muy pronto, algo debió no hacer bien del todo. Os resumo su vida: el trabajo pesado más largo que tuvo en su vida fue segundo de a bordo en un mercante egipcio durante la segunda guerra mundial. El resto del tiempo lo pasó escribiendo poco y viviendo mucho la vida. Escribió obras maestras a un ritmo de dos frases por semana. Tardaba una media de 10 años en escribir un libro. Su habilidad es heredada: su padre, rentista, tenía como principal ocupación leer el periódico, lo cual fue siempre objeto de enorme fascinación por parte de su hijo, tanto que convirtió este arte no sólo en un modo de vida sino en tema principal de sus obras.

Hasta la posguerra vivió en El Cairo, pero entonces se trasladó a París, más que nada para "seducir a las chicas más atractivas" en compañía de otro monstruo de la literatura existencialista, Albert Camus y de otros amiguetes como Lawrence Durrell, o Jean Genet. Desde ese momento, y hasta su muerte hace unos días, ha vivido siempre en una habitación del hotel La Louisiane, en la capital francesa.

Nunca ha poseido nada, ni siuquiera un coche. "¿Para qué", solía decir, "me basta mi habitación de hotel". Todo lo que tenía eran varios trajes impecables con los que paseaba y veía pasar la vida con un cigarrillo entre los labios y un pañuelo emergiendo del bolsillo superior de la chaqueta. Sus novelas e historias siempre están llenos de mendigos, prostitutas, ladrones, barrenderos, todos ellos dotados de distinción principesca, y de un arrollador menosprecio por la riqueza. Una de sus obras maestras es La Maison de la mort certaine (la casa de la muerte segura), que trata de una bronca entre ricos inútiles y filódofos gandules.

En fin, para mí ha sido un regalo conocerle, compraré rápidamente alguno de sus libros. Espero que os guste como a mí.

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