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Bienvenid@s.En este blog tratamos de seleccionar, analizar y difundir la información útil de actualidad desde el compromiso con valores que priman la justicia social y la igualdad de todas las personas. Intentamos eludir la censura que muchas empresas editoras aplican a sus propios contenidos periodísticos para que no entorpezcan sus objetivos económicos y/o políticos. Necesitamos una nueva forma de transmitir la información y este puede ser un buen formato para empezar de nuevo...

jueves, 20 de noviembre de 2008

El fracaso de una nación

España podría haber dado ante el mundo la medida de su éxito como nación si se hubiese embarcado en esclarecer judicialmente las responsabilidades por los crímenes contra la humanidad cometidos en nuestro país al menos entre 1936 y 1975. Durante la guerra civil y la posterior dictadura y represión franquista.

Hemos fracasado. Un juez (Garzón) lo ha intentado y ha chocado fontalmente contra toda clase de obstáculos, contra el poder judicial especialmente, pero también contra el poder ejecutivo y contra el legislativo (no digamos la mayor parte de la prensa), hasta que ha tenido que tirar la toalla. Dicen los sabios que la paz sólo puede existir en un contexto de justicia social. Un país donde todos pasan hambre, es menos conflictivo que otro en el que la mitad pasa hambre y la otra mitad dilapida su opulencia.

En España la justicia se ha ausentado cuando era más necesaria, no nos extrañe que llegue el día en el que la paz se haya debilitado. Nuestros representantes públicos quieren un sillón desde el que medir su fuerza: se comparan así con los demás países y miden el alcance de su poder según el número asignado a la plaza que ocupan. ¿Somos la octava potencia económica del mundo o el 21ºpaís en "influencia"? Si quereis números, ahí van: somos el tercer o cuarto país del mundo por la cola en justicia social, en justicia internacional y en conocimiento de sí mismo. Uno de los pocos del mundo que han sido incapaces de emprender ese proceso de esclarecimiento de la verdad y de fijación de responsabilidades por los crímenes cometidos en su territorio. En nuestro caso, la mayoría de los responsables no están ni siquiera vivos. Aquí, la investigación ni siquiera se toparía con esas dificultades que sí han tenido que sortear con valentía en otros sitios. Eso debería acrecentar nuestra vergüenza.

Nos hemos negado a ver nuestra realidad con tanto ahínco que acabamos de cercenar el derecho de los descendientes de las personas torturadas y asesinadas a saber dónde están los restos de sus antepasados. Prohibimos su derecho a que la justicia rubrique en letras de oro que fueron asesinados y torturados salvajemente por un grupo de golpistas que usurparon el poder legítimo de la nación durante 40 años.

Un país así no puede buscar el respeto internacional en esas mesas petitorias que se están montando por ahí. Un país así ya ha empezado por perderse el respeto a sí mismo, ¿cómo lo van a respetar fuera?

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